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Llevar una dieta sana y equilibrada ha de ser prioridad para la mujer embarazada y así garantizar el buen desarrollo del bebé. El feto necesita los nutrientes que le llegan a través de los alimentos que ingiere la madre. La carencia de una buena alimentación en el embarazo puede provocar por tanto, defectos en el feto o un bebé con bajo peso. Extremar el cuidado de la alimentación en el embarazo será beneficioso también para la mamá ya que tendrá más energía.
La mujer embarazada ha de adquirir una serie de hábitos saludables en su alimentación durante el embarazo. Si antes te saltabas comidas, picabas en exceso entre horas, abusabas de la comida rápida, tomabas pocos lácteos o las frutas nunca estaban presentes en tu dieta, elimina todas estas costumbres y adopta estos sencillos pero valiosos consejos durante la gestación:
- Suplementos vitamínicos: el médico te recetará un vitaminas y minerales para garantizar el suficiente aporte de ácido fólico, hierro, yodo, cinc, calcio, vitamina B12 o vitamina D. No restes importancia a estas pastillas que habrás de tomar a diario, previenen defectos en el feto y le ayudan a desarrollarse correctamente.
- Dieta sana y equilibrada: una buena alimentación en el embarazo es aquella que es rica en nutrientes. Los nutrientes están presentes en cinco grupos: proteínas, vitaminas, minerales, hidratos de carbono y grasas. Realiza cinco comidas al día no copiosas, adquiere al hábito de comer en el desayuno, a media mañana, en la comida, la merienda y la cena.
- Evita las grasas: limita las grasas saturadas en tu dieta de embarazada no introduciendo demasiados fritos, bollería industrial, comida rápida o snacks.
- Bebe muchos líquidos. Debes beber al menos 1 litro de leche al día, aunque si te cuesta, puedes asegurarte la cantidad de calcio a través de yogures y quesos. En la alimentación de la embarazada es básico introducir abundante agua o zumos, y al menos beber 2 litros al día para estar bien hidratada.
Pocos períodos en la vida de una mujer exigen tanto cuidado en la alimentación como el embarazo. Uno de los seguimientos que realizará el ginecólogo es por tanto, el control y evolución de tu peso a lo largo de la gestación.
La mujer embarazada que tenga un peso normal antes del embarazo está recomendado que engorde entre 9 y 15 kilos. Sin embargo, si se comienza con un bajo peso, el ginecólogo valorará qué ganancia es la correcta para la buena evolución de la gestación y vigilará la alimentación de la embarazada con más cuidado. Asimismo, si se parte con sobrepeso, el obstetra llevará un control del peso más exhaustivo ya que la obesidad en el embarazo trae asociados riesgos para la mamá y el bebé.
Una buena rutina para controlar el peso durante el embarazo es realizar ejercicio físico. Todos los ginecólogos recomiendan al menos caminar durante 30 minutos todos los días. Si además puedes y quieres, es conveniente realizar ejercicio físico moderado. Ya hay gimnasios que dedican un espacio al deporte para embarazadas y, además puedes practicar natación.
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