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Esta fábula, El padre y las dos hijas, enseña a nuestros hijos que no es posible agradar y complacer a todo el mundo. Una forma de evitar que el niño se frustre cuando, con buena intención trate de complacer a unos y ello sea el enfado de otros.
Las fábulas enseñan a los niños, a través de sus moralejas y enseñanzas, valores a los niños. Una buena manera de hacerles comprender qué ocurre con determinados actos.
Un padre tenía dos hijas. Una se casó con un hortelano y la otra con un fabricante de ladrillos. Al cabo de un tiempo fue a visitar a la casada con el hortelano, y le preguntó sobre su situación. Ella dijo:
-Todo está de maravilla conmigo, pero sí tengo un deseo especial: que llueva todos los días con abundancia para que así las plantas tengan siempre suficiente agua.
Pocos días después visitó a su otra hija, también preguntándole sobre su estado. Y ella le dijo:
-No tengo quejas, solamente un deseo especial: que los días se mantengan secos, sin lluvia, con sol brillante, para que así los ladrillos sequen y endurezcan muy bien.
El padre meditó: si una desea lluvia, y la otra tiempo seco, ¿a cual de las dos le adjunto mis deseos?
Moraleja: No trates nunca de complacer y quedar bien con todo el mundo. Te será imposible.
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