We are searching data for your request:
Upon completion, a link will appear to access the found materials.
Numerosas familias con niños reciben la ayuda de los abuelos. Hoy en día, los abuelos sustituyen a los padres en muchas de las tareas que no pueden desempeñar por falta de tiempo como recoger a los niños del colegio, darles de merendar, ayudarles con los deberes...
Conciliar vida laboral y familiar resulta, a veces, tan complicado que es imposible llegar a todo y los abuelos son una excelente ayuda cuando son ellos mismos quienes lo hacen voluntariamente, sin sentirse presionados por los hijos.
Y es que resulta paradójico que mientras para algunos hijos es tan importante y vital la labor de los abuelos con los nietos, que en lo único que pensan es en cómo compensarles, en otras familias el abuso y el maltrato en la vejez es una realidad. En estas familias, las personas adultas mayores, que son víctimas de la violencia, tienen mayor incidencia de problemas de estrés, crisis de ansiedad, fobias, pánico, trastornos por somatización y depresión, ven afectada su integridad y se sienten muy vulnerables.
Conviene destacar que los factores que hacen del adulto mayor una persona vulnerable frente al maltrato son los bajos niveles de ingresos económicos que los obliga a vivir con otros o a depender económicamente de ellos, la pérdida del rol social y la baja autoestima que se deriva de todo ello.
Los estudios sociales que se han realizado sobre este problema añaden, además un dato curioso, que les deja indefensos. En general, las personas mayores no reconocen o no identifican haber sido víctimas de algún tipo de maltrato y tampoco denuncian porque no saben cómo hacerlo, ya sea por impedimento físico, por temor a perder el apoyo de su familia o por vergüenza de hacer pública su situación, pero la principal causa es porque, por lo general, es a su propia sangre a quien deben denunciar.
Los principales abusadores de los adultos mayores son en un 44 por ciento sus propios hijos adultos, los cónyuges representan el 14.6 por ciento, la pareja actual (afectiva y/o sexual) el 9,7 por ciento, y otros familiares (nuera, yerno, etc.) el 17 por ciento. Es necesario destacar que las edades de los hijos/as agresores fluctúan entre 26 y 45 años y son en un 68 por ciento varones. En el ámbito familiar, el tipo de violencia que mayoritariamente se ejerce contra los adultos mayores es el maltrato psicológico hasta en un 95 por ciento. Siendo la agresión más frecuente los insultos (85 por ciento), la humillación y la desvalorización (66,3 por ciento) y las amenazas de muerte (40 por ciento).
El abusador es, por lo general, la persona que 'lo cuida' o vive a su lado, y puede ser un miembro de la familia, un vecino, amigo o el responsable de una institución. Por eso, no me extraña que para los abuelos lo más doloroso sea que las agresiones provengan de sus hijos o nietos, a quienes ha contribuido a formar y en quienes ha depositado toda su esperanza de tener una vejez grata y equilibrada.
Actualmente, la conciencia social es lo único que puede cambiar esta situación de falta de respeto hacia los abuelos. La sociedad tiene un culto muy elevado por la juventud y tiende a excluir y a marginar a las personas mayores. A todo esto debemos añadir la falta de políticas públicas, recursos sociales y de salud adecuados, sin olvidar que las pensiones y jubilaciones no están acordes a las necesidades de la tercera edad. Ha llegado el momento de cambiar todo esto, todos podemos contribuir a ello desde nuestra propia familia.
Marisol Nuevo. Redactora de nuestro sitio
Puedes leer más artículos similares a Contra el maltrato a los abuelos en la familia, en la categoría de Abuelos en sitio.