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Me pregunto quién no ha utilizado algún truco para hacer comer a un hijo, alguna vez. Me acuerdo que algunos días el dar de comer a mí hija era una verdadera tortura. Teníamos que usar mucha imaginación para que ella se tragara una sola cucharadita de algo. Bailábamos, hacíamos carantoñas delante de ella, y así, muchas veces, era la única forma que teníamos para conseguir que ella se alimentara. Claro está que a los niños no les agradan todos los sabores ni todos los olores, pero no pueden dejar de comer.
Eso de tener que introducir los alimentos poco a poco nos ha dado muchos dolores de cabeza. El pescado, el huevo, las frutas, las verduras y la carne,, madre mía, era de enloquecer. Es lo mismo cuando llevas a tu hijo por primera vez a una guardería. El periodo de adaptación, es decir, llevarlo un día por una hora, el siguiente por dos horas, y así sucesivamente hasta que él se adapte completamente al local, se hace muy, pero que muy largo. Los padres que hacemos trucos para hacer comer a nuestros hijos sabemos, de sobra, que este no es el mejor método para hacer con que los niños coman. No es la manera más adecuada para educarlos en este sentido. El alimentarse es un hábito que debe ser enseñado a los niños desde que son muy pequeños. ¿Cómo? Pues hablando con ellos sobre lo que están comiendo, lo altos y fuertes que se van a poner, de lo inteligentes que serán, esos detalles que llaman la atención y estimulan mucho a los niños.
Otra forma de educar a los niños sobre la importancia de la alimentación es explorar un supermercado o un mercado con él. Durante las compras, enséñale la diferencia entre los productos sanos, que se debe comer mucho, y los que no son tan sanos, de los que no se puede abusar. Después de las compras, invítale a que se vaya contigo a la cocina, para preparar la comida. Que él te vea lavar y cortar las verduras, y preparar la comida. Haz con que las mezclas de alimentos y de productos, sea algo divertido para él. Que él se distraiga con las formas de las frutas, verduras, de cómo se pela la manzana, o de cómo lloras pelando una cebolla.
Otra forma para convencer a los niños de que los alimentos son importantes, es ofrecerles libros, revistas, o contarles cuentos sobre el tema. La presentación de los platos también es muy importante a la hora de ponerlos delante del niño. Un muñeco en que sus ojos son dos rodajas de zanahoria, en que su nariz es un trozo de patata, y su boca un buen pedazo de tomate, hará con que el niño se sienta atraído por comérselo todo. También es fundamental que elijas recetas de cocina con tu hijo. Crear buenos hábitos a la hora de comer es la mejor forma de prevenir la obesidad, problemas como la anemia infantil u otras enfermedad.
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