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Dime una cosa, querida mamá, ¿qué haces tú para calmar a tus hijos cuándo están inquietos? O cuando se aburren, se sienten nerviosos, están cansados y les viene la rabieta... Y no, no quiero que tu respuesta sean los dibujos, eso ya lo sé, mi idea es tratar de ir un paso más allá. ¿Quieres saber lo que he descubierto? Pues resulta que, aunque en principio parezca que cueste más, hay una serie de cosas que podemos hacer para calmar a los bebés y niños sin tener que recurrir al móvil o táblet, ¿quieres saber cuáles? ¡Sigue leyendo!
Que las pantallas formen parte de las vidas de los adultos es algo que a nadie le sorprende, ahora bien, ¿no te choca que también formen parte de la vida de los niños? E incluso de los bebés. Cada vez son más los padres y madres que ofrecen una pantalla al niño para que se calme pronto y 'no moleste'. Parece una solución efectiva a corto plazo, pero lo cierto es que en verdad se ponen más nerviosos e irritables cuando les quitas el móvil o apagas la televisión, y lo que es peor aún, los peques dedican tanto rato a las nuevas tecnologías que dejan de jugar, es decir, dejan de lado la que debe ser su actividad principal en el día.
Según leí el otro día en un informe, las pantallas son ya parte del día a día de nuestros hijos, tengan la edad que tengan, incluso cuando son bebés. Los padres permiten que bebés y niños usen el móvil casi a demanda. El informe se llamaba Tendencias de juguetes y juego en familia en España, publicado por el Instituto Tecnológico del Producto Infantil y de Ocio (AIJU). En él se señalaba que: 'más del 50% de los niños de entre 1 y 12 años pasan al menos cuatro horas semanales frente al televisor.'
Fue entonces que me puse a pensar en ello. ¿Qué puedo hacer yo para dejar de lado las pantallas? Entiéndeme, no es que tenga a mis hijos todo el día frente a la televisión, pero sí que la uso más de lo que me gustaría. Por ejemplo, cuando mi hijo de 7 años está cansado y yo tengo poco tiempo para dedicarle, le dejo que se ponga en la televisión los dibujos que quiera. Otro ejemplo, mi hija de 2 años siempre ha sido muy revoltosa para comer; sí, has acertado, le pongo los dibujos en el móvil más de una vez y más de dos para que coma bien y no tarde tanto tiempo.
¿Más ejemplos sobre el uso excesivo de las pantallas? El fin de semana pasado, mientras cenaba con mis amigas, la niña de una de ellas miraba el móvil, así sus padres podían tener un rato para 'estar tranquilos'. Ya no te cuento más, ya sabes de sobra en qué situaciones usamos las pantallas como 'herramienta infalible'. Mejor analicemos qué podemos hacer en su lugar para calmar a bebés y niños sin tener que utilizar el móvil o la táblet.
1. Presta atención al llanto del bebé
En el caso de los bebés muy pequeños, hay que prestar atención al llanto para saber qué les incomoda: si necesitan un cambio de pañal, otra toma, los brazos de papá o mamá... Otro dato que me viene a la mente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no exponer a los niños a las nuevas tecnologías hasta que cumplan los dos años de edad. Que levante la mano la que se haya saltado esta recomendación.
2. El contacto físico hace milagros
¿Qué más podemos hacer para calmar a un bebé cuando está nervioso o irritado? Pues algo tan básico como cogerle en brazos y acunarle todo el tiempo que necesite. El contacto físico es súper necesario para ellos.
3. Un masaje, ¡no hay quien se resista!
Hay veces que mi hija está que no sabe ni qué hacer, entonces le digo: 'ven, que te hago lo de la hormiguita en la espalda (que se trata, por supuesto, de un ligero masaje en la espalda)', ¡problema solucionado! Entre tú y yo, que ya se hace mayor y le da vergüenza que vaya contando estas cosas, también se lo hago a mi hijo de 7 años, ¡le encanta!
4. ¡Es hora del baño!
La semana pasada, sin ir más lejos, mi hijo estaba agobiado porque tenía que hacer una tarea del colegio y no le apetecía nada. Entonces le dije yo que si se quería dar un baño con espuma incluida. Créeme, salió relajadísimo. Ni que decir tiene que si funciona con un niño, con un bebé más aún.
¿A qué edad tienes pensado dar un móvil a tu hijo? Según los expertos, deberíamos esperarnos hasta que los niños cumplieran 12 años. Sin embargo, a menudo el problema radica en que somos los propios padres los que les damos el dispositivo a nuestros hijos. ¿Qué podemos hacer para no recurrir directamente al móvil cuando estén nerviosos?
5. Deja que juegue a lo que quiera
Deja que tu hijo juegue, explore y se ensucie lo que quiera, muchas veces son las normas y más normas que les ponemos los mayores lo que hacen que se pongan nerviosos.
6. Música, maestro
¿Qué tal unas notas musicales? Siempre son de gran ayuda cuando se trata de calmar a los peques. Ojo, he dicho notas musicales, nada de poner en una pantalla vídeos musicales. Las nanas, por ejemplo, podrían ser una buena opción.
7. Posturas de yoga
Si tu hijo sigue siendo pequeño, pero ya ha dejado de ser un bebé te recomiendo que hagas con él unas sencillas posturas de yoga, unos estiramientos o tan solo unas respiraciones profundas. No esperes a hacerlas cuando está agobiado porque, por ejemplo, ha tenido un día agitado en la escuela, es algo que puedes hacer de rutina, verás que así esas situaciones de estrés en casa o en la escuela pasan a un segundo plano.
8. Hazle reír
¿Sabías que una sonrisa puede con todo? Pues sí, como lo oyes. Se trata de un arma infalible para calmar a un bebé o a un niño sin tener que echar mano de una pantalla. ¿No te lo terminas de creer? ¡Prueba y luego me lo cuentas! ¿Qué tal improvisar una competición de chistes?
9. ¡A dibujar!
Al igual que reconozco las cosas que tengo que tratar de mejorar, como lo de poner el móvil a mi hija cada vez que sienta a la mesa, también me gusta decir las cosas sobre las que sí estoy orgullosa. ¿Por ejemplo? Pues me siento orgullosa de algo tan sencillo como es el llevar siempre un cuadernito y unos cuántos lápices de colores en el bolso. Si mi hijo se pone nervioso mientras espera en la consulta del médico o el rato que tardan en servirnos la cena cuando vamos a un restaurante, ¿qué hago yo? Sí, has acertado, le ofrezco las pinturas para que dibuje lo que quiera. ¡Nunca me dice que no!
Y ya por último y más importante, para lograr calmar a un bebé que llora desconsolado o a un niño que está estresado sin usar las pantallas, ¡hay que mantener la calma! De poco vale decirle con palabras que se tranquilice si con gestos le hacemos ver que nosotros estamos más nerviosos que él.
Yo voy a intentar con mis hijos todas estas cosas, seguro que más de una me funciona, ¿tú también te animas a probar?
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