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Alimentos para controlar la glándula tiroides en el embarazo

Alimentos para controlar la glándula tiroides en el embarazo

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Los problemas asociados a la glándula tiroides son bastante frecuentes durante el embarazo y su tratamiento es de vital importancia para el desarrollo del embarazo. Sin tratar, estos desajustes hormonales pueden resultar en partos prematuros o de bajo peso, pre-eclampsia (aumento excesivo de la presión arterial) o incluso abortos. Lo que comes también puede ser clave. Esto son los alimentos que pueden ayudar a controlar la glándula tiroides en el embarazo.

La glándula tiroides es una glándula de pequeño tamaño situada en la parte baja del cuello que se encarga de procesos tan importantes en el organismo como regular el metabolismo energético (distribuir y utilizar la energía procedente de los macronutrientes de la dieta), controlar el ritmo cardiaco o la temperatura corporal.

Adicionalmente, durante el primer trimestre del embarazo, las hormonas que produce esta pequeña glándula (hormonas tiroideas) son particularmente importantes para asegurar el correcto desarrollo tanto del cerebro como del sistema nervioso del feto, ya que el feto no es capaz de producir sus propias hormonas y son las maternas las que, atravesando la barrera placentaria, controlan los procesos fetales.

A las 12-14 semanas de embarazo, la glándula tiroides del feto comienza a producir hormonas tiroideas, por lo que, poco a poco las hormonas maternas dejan de tener esa doble función. Al acercarnos al ecuador del embarazo será el propio feto el que genere la totalidad de sus hormonas tiroideas.

Cuando hay un diagnóstico previo al embarazo, el medico prestará una especial atención a la madre para mantener la condición de hipertiroidismo o hipotiroidismo bajo control, especialmente durante el primer trimestre. En caso de no existir una condición previa, es conveniente estar atenta a cualquier síntoma que pueda relacionarse con estos desajustes de la glándula tiroides, como palpitaciones, pérdida de peso o vómitos persistentes.

Sin embargo, es difícil diferenciar estos síntomas de los propios del embarazo, con el problema añadido de que tanto los estrógenos como la gonadotropina coriónica humana (hCG) tienen un efecto sobre las hormonas tiroideas, aumentando sus niveles en sangre, complicando el diagnóstico durante el embarazo.

Aunque el tratamiento de cualquiera de las condiciones relacionadas con la glándula tiroides requiere bien de medicación para bloquear la producción de hormonas tiroideas en el caso del hipertiroidismo o bien de levotiroxina o la forma sintética de la tiroxina (hormona T4 producida por la glándula tiroides), lo cierto es que la dieta puede ayudar en ambas situaciones.

Para empezar, en condiciones normales se recomienda tomar un suplemento de yodo durante el embarazo, ya que el yodo es imprescindible para la producción de hormonas tiroideas, tanto maternas como fetales, y el único aporte de este mineral viene a través de la dieta o de suplementos. Además, en el caso de un diagnóstico de hipotiroidismo, es conveniente limitar la ingesta de:

- Alimentos que contengan soja o derivados debido a su contenido en isoflavonas.

- Verduras crucíferas, como la coliflor, el repollo, el brócoli, las coles de Bruselas o el romanesco, que podrían bloquear el acceso de la glándula tiroides al yodo necesario para fabricar las hormonas tiroideas, sobre todo si no están bien cocinadas.

- Cafeína, ya que interfiere con la absorción de la levotiroxina, pudiendo bloquearla por completo. Adicionalmente, la cafeína aumenta la retención de líquidos, por lo que su consumo es altamente indeseable incluso en embarazadas sanas.

- Aperitivos salados, ya que, debido a su contenido en sodio, aumentan el riesgo de hipertensión, un riesgo que ya de por sí se ve aumentado cuando la glándula tiroides funciona por defecto, y que, durante el embarazo, puede comprometer gravemente la salud materna y fetal.

- Alimentos con alto porcentaje de grasas saturadas, ya que pueden interferir tanto en la absorción de la medicación para controlar el hipotiroidismo como en la capacidad de la glándula para funcionar con normalidad. En general, estos alimentos deben limitarse en cualquier tipo de dieta equilibrada, ya que un consumo elevado de grasas saturadas afecta seriamente a la salud cardiovascular y a los niveles de colesterol.

- Alimentos ricos en azucares sencillos, ya que pueden conducir al sobrepeso. Un aumento excesivo de peso durante el embarazo, y más en estas condiciones, puede conllevar problemas de salud serios para la madre, tales como diabetes o hipertensión gestacional o pre-eclampsia.

- Alimentos ricos en fibra, ya que pueden interferir en la absorción de la levotiroxina. Sin embargo, la fibra es necesaria en la dieta de la futura mamá para asegurar el buen funcionamiento del tracto gastrointestinal y, sobre todo, para evitar el estreñimiento.

En el caso de hipertiroidismo, podría recomendarse consumir verduras crucíferas y alimentos ricos en soja, además de asegurarse que la sal que se consuma no sea yodada. Además, para asegurar un buen funcionamiento de la glándula tiroides, sería conveniente incluir ciertos alimentos en la dieta como:

- Alimentos ricos en antioxidantes, como la zanahoria, los cítricos, las fresas o el kiwi, entre otros, que gracias a su contenido en vitamina C son ideales.

- Alimentos ricos en selenio y el zinc, como los pescados y mariscos, la carne y los frutos secos, ya que ayudan a la activación de las hormonas tiroideas y a mantener su equilibrio. Además, los pescados son ricos en ácidos grasos omega 3, que participan también en la regulación hormonal. En el caso de hipertiroidismo deberán escogerse aquellos cuyo contenido en yodo sea inferior, como el salmón y evitar los mariscos, debido a su elevado contenido en este mineral.

- Alimentos ricos en magnesio, como las verduras de hoja verde o los frutos secos y semillas, esenciales para el buen funcionamiento de la glándula tiroides.

- Alimentos ricos en calcio y vitamina D, como los productos lácteos, para asegurar una buena masa ósea materna y fetal, algo que puede verse comprometido a causa del mal funcionamiento de esta glándula. Los productos lácteos aportan también yodo, por lo que deben controlarse en el caso de hipertiroidismo.

Ahora que ya sabes cómo hacer frente a los problemas de la glándula de la tiroides en el embarazo, ¿vas a cambiar tus hábitos alimenticios? Y es que, como dice un estudio del Hospital Clinic de Barcelona (España) titulado Tiroides y embarazo, las alteraciones tiroideas son la segunda causa de complicaciones endocrinológicas durante el embarazo después de la diabetes.

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