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Muchos padres se preocupan por cómo motivar a sus hijos para que realicen diversas actividades. En muchas ocasiones escuchamos, 'es que no le gusta nada' 'parece que hay que forzarle' 'si no le doy nada a cambio no hace las cosas'.
La mayoría de las veces y, sobre todo durante el curso escolar, la motivación para estudiar puede ser de lo que más preocupe a los padres y muchas veces caemos en el error de castigar o premiar en exceso cuando queremos motivar a los niños. Sin embargo, se puede lograr motivar a los niños sin premios ni castigos.
'Si haces los deberes rápido y bien te compro unos cromos', es una estrategia que muchos padres podemos adoptar para que los niños se motiven, y aunque es un recurso fácil y rápido, no es efectivo y no sirve para los propósitos que tenemos.
La motivación es aquello que nos impulsa a hacer determinadas acciones, a alcanzar nuestras metas y objetivos. Y dependiendo de esas metas la motivación será más o menos intensa. Si utilizamos premios o castigos con los niños, estamos reforzando un tipo de motivación extrínseca, es decir, son las consecuencias externas las que mueven al niño a realizar una tarea. Y ojo, este tipo de motivación no es mala, pero no puede ser la única, ya que el día que desaparece el premio, o este no es inmediato, la motivación desaparece.
Para motivar al niño, es importante reforzar, lo que no significa que hay que dar un premio necesariamente. Podemos reforzar de muchas maneras, y casi siempre el refuerzo emocional es el más efectivo. Si a nuestro hijo no se le dan muy bien las matemáticas, pero se esfuerza y saca un 5, debemos mostrarle que estamos contentos y orgullosos y que estamos convencidos de que podrá volver a sacar otro 5. Estamos valorando el esfuerzo del niño, y adaptando las exigencias a sus características.
Algo fundamental para que el niño esté motivado, es que la meta u objetivo que pretende alcanzar ser realista y ajustado a sus características y capacidades en ese momento. En ocasiones los padres y adultos ponemos el listón muy alto pensando que eso es lo que va a motivar al niño, pero al contrario, puede resultar totalmente contraproducente.
Poner un objetivo demasiado difícil de alcanzar no va a motivar más al niño, sino hacer que piense que no puede alcanzarlo. Por lo que es muy importante ir estableciendo metas alcanzables e ir poco a poco aumentando la dificultad según el niño va pudiendo hacer más. De esta manera el niño se ve capaz, y la satisfacción de alcanzar metas y objetivos es lo que va a hacer que tengamos a niños motivados por las tareas.
Algo muy importante también cuando hablamos de motivación, es atender y cómo los niños aprenden. No hay dos niños iguales, ni todos aprenden de la misma manera, por lo que proponer actividades que se ajusten a sus estilos de aprendizaje también es fundamental a la hora de desarrollar una motivación positiva hacia la tarea.
Esto está muy relacionado con la escuela y con el estilo de enseñanza, pero desde casa también podemos adaptarnos a esos estilos, y dejar que los niños aprendan de una manera acorde a sus estilos. Niños más visuales a los que un vídeo o presentación con imágenes les ayudará a retener la información, niños que necesitan aprender haciendo o dibujando o moviéndose, etc.
En relación a los premios o castigos para motivar a los niños, no se trata tanto de regalarse cosas o quitárselas si no hacen las cosas, sino de reforzar positivamente al niño y ayudarle y apoyarle a conseguir sus objetivos, para que vea que es capaz, y que confiamos en él. Y si logra sus objetivos, ¿por qué no darle un pequeño premio?
Una sorpresa, algo que no se espere pero que le haga ver que hemos visto lo que ha logrado. Por ejemplo, si después de un curso escolar aprobando matemáticas y haciendo sus deberes él solo, le llevamos un parque temático o a merendar a su sitio favorito, no es "nocivo", es una recompensa al esfuerzo realizado. Por lo tanto, premios sí, pero como recompensa a un esfuerzo, no como meta a alcanzar.
En cuanto a los castigos, mejor evitarlos si queremos motivar a un niño a realizar una tarea. Debemos evitar caer en la tentación de desapuntarle de su extraescolar favorita como consecuencia a no alcanzar un objetivo, ya que podemos conseguir el efecto contrario, y aumentar la desgana y las poca motivación del niño.
En resumen, algunas pautas para motivar a los niños sin premios ni castigos pueden ser:
1- Ayudarle a establecer unas metas y objetivos realistas y alcanzables.
2- Proponer tareas que despierten su interés.
3- Reforzar positivamente sus logros.
4- Tener hacia ellos expectativas razonables y no exigirles por lo que nosotros queremos, sino por lo que ellos pueden dar.
5- Darles autonomía para que alcancen esas metas por sí mismos.
6- Tener en cuenta sus estilos de aprendizaje y sus capacidades.
7- Enseñarles a disfrutar del éxito cuando lo consiguen y valorar el esfuerzo de intentar algo aunque no lo logren.
8- Evitar chantajear al niño como forma de motivarle, 'si sacas notables te compraré la consola'.
En resumen se trata de enseñar a los niños el valor de trabajar por conseguir nuestra metas y de disfrutar del proceso y la propia recompensa que es conseguir lo que nos hemos propuesto o la satisfacción de haberlo intentado.
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