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El reflujo gastroesofágico en el bebé es un trastorno relativamente frecuente, con más frecuencia en niños alimentados con leche de fórmula que con lactancia materna, ya que la leche materna se digiere más fácilmente. Su origen, además de por limitada tolerancia a la leche, puede ser por inmadurez del tracto digestivo o deberse a un problema físico, en cuyo caso conviene consultar al médico.
Por regla general, los bebés menores de 3 meses pueden regurgitar a diario sin tener reflujo, por lo que deben observarse también otros síntomas, como el malestar tras las tomas, el rechazo al pecho o hacer tomas distraído y con tirones, y/o la escasez en la ganancia de peso.
En algunas ocasiones, el bebé no tiene demasiado problema al vomitar leche, incluso aunque no sean pequeñas cantidades, sino que gana peso con normalidad y está satisfecho y sin molestias, por lo que, aunque haya reflujo, este no necesita tratamiento.
Normalmente, el reflujo desaparece al ir madurando el sistema digestivo, hacia los 7-8 meses y casi en su totalidad antes del año de edad, pero cuando se está alimentando con leche materna, la madre puede tomar ciertas precauciones dietéticas para intentar ayudar al lactante.
En primer lugar es conveniente recordar que, aunque en el caso de bebés alimentados con leche de fórmula algunos de los consejos pueden ser válidos, lo que nunca debe hacerse es alterar las cantidades de leche o agua para hacerla más espesa, ya que es extremadamente peligroso para la salud del lactante. Lo que debemos hacer es:
- Cambios posturales
Ofrecer al bebé el pecho o el biberón en una posición en la que esté levemente incorporado, y mantener esa posición tras la toma y, en la medida de lo posible, mientras el bebé duerme, ya sea elevando la cuna o mediante el porteo. Suele ser también recomendable asegurarse que el bebé vacía bien el primer pecho antes de ofrecer más, ya que la leche del principio contiene más lactosa, que es más difícil de digerir.
- Cambio en la dieta del bebé
El reflujo gastroesofágico en el bebé puede ser síntoma de posibles intolerancias a alimentos, y la leche de vaca está a la cabeza. Para observar si las proteínas de la leche de vaca son las causantes de la intolerancia, la madre debe mantener una dieta de eliminación durante al menos 2-3 semanas, introduciendo posteriormente los lácteos para confirmar.
- Cambio en la dieta de la madre
Los cítricos, los tomates, las bebidas con cafeína, las bebidas alcohólicas o el chocolate, también pueden agravar los síntomas del reflujo en el lactante. Pueden establecerse ciertos cambios en la dieta de la madre para observar si el reflujo del lactante amamantado mejora. Estos cambios son estrictos, eliminando totalmente los alimentos potencialmente causantes del empeoramiento durante un mínimo de dos semanas y reintroduciéndolos después cada 4-5 días.
- Observar síntomas
Resulta muy útil llevar un diario de lo que se ingiere, ya que puede ayudar a descifrar los posibles cambios en la sintomatología del lactante, aunque, evidentemente, esto solo ayuda si el reflujo está causado por la dieta materna.
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