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Las mamás y papás solemos desear que nuestros hijos estén motivados para todo. Es natural, porque cuando nosotros mismos nos sentimos motivados experimentamos una especie de felicidad interior. Así que es lógico que queramos que nuestros hijos también se sientan así. Sin embargo, ¿alguna vez te has parado a pensar exactamente qué es la motivación y cómo funciona? O ¿cómo podemos fomentar que nuestros hijos se sientan motivados? Hablamos de la motivación y te proponemos algunos juegos, ideas y frases para motivar a los pequeños de la casa.
Como papás, es muy común llegarnos a frustrar porque a nuestro pequeño no le gustan, por ejemplo, las matemáticas. Tras intentar motivarlo de la manera que sabemos (o que hemos aprendido), sigue sin mejorar en la escuela. ‘¿Pero qué estoy haciendo mal?’, nos llegamos a preguntar.
Incluso quizás, por pura desesperación, podemos haber llegado a usar como último recurso la clásica técnica de motivación: ‘si apruebas, te compro...’. A veces parece que funciona, de repente, nuestro pequeño vuelve a casa con las matemáticas aprobadas, pero al siguiente trimestre vuelve a llegar con una nota baja. ¿Qué es lo que está pasando?
Lo que sucede es que la mayoría de los padres no sabemos que la motivación no es algo que nosotros creamos en nuestros hijos, sino que es algo que ha de provenir de su interior. Samira Thoumi, autora del libro ‘Técnicas de Motivación Infantil’ que a su vez se ha utilizado para elaborar el informe 'La motivación en el aprendizaje de los niños', define la motivación como ‘la causa que nos impulsa, lo que nos lleva a hacer, pensar, actuar o ser. Es lo que origina un movimiento, ya sea biológico, de pensamiento, emoción o sentimiento. También, lo que nos lleva a asumir un comportamiento o lo que origina una determinada experiencia’.
Para la autora, la verdadera motivación está en el interior de uno mismo. Lo que podemos hacer como padres para fomentar la motivación en nuestros hijos es actuar como ‘agentes de motivación’, es decir, fomentar en ellos un desarrollo cognitivo que les permita ser independientes y hacer lo que sea que les haga felices, disfrutando de sus propias decisiones y compartiendo su felicidad con los demás.
No podemos esperar que sean como nosotros deseemos, ni esperar que hagan las cosas como consideramos que se hacen a la perfección. Thoumi explica que convertirnos en esta figura motivacional pasa por ‘aprender a vivir mejor para facilitar a los demás mejores niveles de bienestar’.
Cuando entendemos este concepto de motivación todo cambia, porque ya no se trata de que nuestros hijos aprendan a tocar el piano y que se motiven con ello, sino que experimenten y encuentren aquello con lo que se sientan bien. La propia autora reconoce que no hay una fórmula mágica para motivar, pero sí pequeñas cosas que podemos hacer para hacer que aflore la motivación en nuestros hijos.
Fomentar una autoestima sana, estimular las habilidades de nuestros hijos y reforzar positivamente lo que hacen, sobre todo al comienzo de una actividad nueva, son algunas de las cosas que podemos hacer para que nuestros hijos vivan el mundo que les rodea y su mundo con motivación.
Una buena manera de fomentar la motivación en nuestros hijos son los juegos o frases inspiradoras que podemos decir de manera asidua a nuestros hijos. Nuestro apoyo ha de ir de la mano del respeto hacia nuestros hijos como individuos y teniendo en cuenta la etapa de desarrollo que están viviendo. Los castigos y las gratificaciones a corto plazo no funcionan como agentes motivadores, incluso pueden llegar a tener el efecto totalmente contrario.
Una vez que entendemos la motivación desde esta perspectiva, podemos buscar algunas ideas para ayudar a nuestros hijos a motivarse. Si seguimos con el ejemplo del niño que no le gustan las matemáticas, es importante reconocer que no vamos a poder hacer que le guste de la noche a la mañana, incluso quizás tengamos que asumir que puede que no sean lo suyo. Pero eso no significa que no puedan aprenderlas. ¿Cómo llegar a lograrlo de manera que le guste?
La clave está en potenciar sus habilidades y aquellas cosas que le motivan y ayudarle a girar su propia motivación hacia las matemáticas. Por ejemplo, si te has dado cuenta de que a tu pequeño le gusta enseñar, podéis jugar a ser profesor y alumno y que te dé una clase de divisiones. Y si es un poquito más mayor, puedes sugerirle ser tutor de alumnos de menor grado.
Además de todo esto, es importante que no te enfoques en motivar a tu hijo solo en aquello en lo que no encuentra la motivación. La idea es que aprenda a vivir con motivación su propia vida, por lo que es importante reforzar sus habilidades y las áreas de su vida que de manera natural le gustan.
Por otro lado, es súper importante fomentar en nuestros hijos una autoestima sana, con la que aprendan a quererse y valorarse. Como los padres somos el principal eslabón en la seguridad de nuestros hijos hasta su edad adulta, debemos asegurarnos de valorar constantemente sus cualidades positivas para fomentar su seguridad.
Una idea bonita es crear un buzón de agradecimiento, en el que cada miembro de la familia escriba cuando le apetezca algo que desee agradecer a otro. Cuando los padres agradecemos algo a nuestros hijos, al final siempre hay que poner la cualidad positiva. Por ejemplo, ‘Gracias por ayudarme a recoger los platos sin pedírtelo. Eres un niño muy solidario y voluntarioso. Te quiero mucho corazón’,
A la vez que mejoramos su autoestima, les enseñamos a valorar lo que hacen los demás y a reforzar positivamente los actos realizados desde la motivación personal.
Una de las mejores maneras de motivar a nuestros hijos es mediante el juego. Puede ser cualquier juego que se te ocurra en un momento dado, por ejemplo, si en el momento de recoger los juguetes empleamos una canción nuestros hijos lo harán con gusto y motivación. Mary Poppins ya sabía esto, ¿verdad? También podemos jugar a algunos juegos específicos que ayuden a nuestros hijos a ver el mundo con motivación. Aquí te proponemos tres:
- ¿Cómo soy?
Un juego muy interesante para que los más pequeños identifiquen sus cualidades positivas es este. En una cartulina grande ayuda a tu hijo o hija a dibujarse (también se puede dibujar a papá y mamá en otras cartulinas).
A su vez, ten preparadas diferentes cualidades positivas escritas en papelitos. El pequeño verá cada papel y decidirá si tiene que ver con él. Si es así, se pegará la cualidad en el cuerpo del dibujo. Poco a poco, irá identificando sus cualidades positivas. Se puede hacer con cualidades menos positivas también, pero siempre con la idea de la autoaceptación amable, sin juzgar y criticar. De esta manera, puede reconocer cómo es su personalidad, aceptarla y centrarse en aquellos aspectos positivos de la misma. Con niños más mayores este juego se suele hacer en grupos.
- Gafas de la motivación
Pueden ser de verdad o imaginarias. La idea es que nos pongamos las gafas de la motivación y con ellas veamos todo lo positivo que hay alrededor. No vale lo negativo ni juzgar a nadie, solo decir lo positivo que vemos. Se puede crear un diálogo positivo o ir escribiendo lo que vemos positivo en los demás y nuestro entorno en una cartulina. Es interesante que jueguen varios miembros de la familia a este juego.
- Estatuas de las emociones
Es un juego muy utilizado en artes escénicas y debe adaptarse un poco a las edades con las que estamos jugando. Ha de haber una persona guiando la actividad y dos grupos distintos. Se trata de poner música, caminar y bailar con libertad y cuando se pare, el primer grupo debe quedarse como estatuas reflejando una emoción, la que quieran, y el segundo grupo deberá adivinar qué emoción es. Se puede jugar desde 2 personas (más el guía) hasta grupos grandes de personas.
Por último, es importante que como agentes de la motivación aprendamos a tener un lenguaje positivo, capaz de crear en nuestros hijos cierta comprensión de su propia motivación. Lo ideal es que salga con naturalidad, pero si no es algo que hemos aprendido a hacer hasta el momento, al principio puede costarnos un poco. Por eso, algunas frases nos pueden ayudar.
Puedes comenzar a tratar de decir alguna en el momento adecuado, pero también puedes imprimirlas con un fondo bonito y colocarlas en algún lugar de la casa. Poco a poco, este tipo de lenguaje se irá convirtiendo en algo habitual para todos los miembros de la familia. Algunos ejemplos:
- Los sueños son como plantitas, hay que regarlas para verlas crecer.
- Repite conmigo: yo quiero, yo puedo, yo soy capaz.
- La magia está en tu interior, hijo/a, si lo deseas puedes hacer un cambio.
- No veas este error como un fracaso, lo importante es que lo hemos intentado, además es una oportunidad para aprender.
- Yo creo en ti, hay una voz en tu interior que dice ‘sí puedo’, ¿la escuchas?
- Nunca te olvides de tus sueños, ellos guiarán tu camino.
- Volver a empezar no es fracasar, es concederse una nueva oportunidad.
- No te compares con nadie, tú eres tú mismo y eso es lo que cuenta.
- Es bueno tener personas a las que admirar, toma sus cualidades positivas para aprender de ellas, pero después escribe tu camino, sé tú mismo.
- Por muy alta que sea la montaña, siempre hay un camino hacia la cima.
- Lo qué decidas hacer, que siempre te haga feliz.
- Busca siempre el lado amable de las cosas.
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